“El que cumpla y enseñe los mandamientos, será considerado grande en el Reino de los Cielos” (Mt 5,19).

Querido/a Corazonista:
En nuestra Regla de Vida, podemos leer:

“Contribuimos a la misión educadora de la Iglesia,
consistente en manifestar a la humanidad
la presencia actual y efectiva
del Verbo encarnado,
“que el Padre ha consagrado
y enviado al mundo” (Jn 10, 36).” (RdV 63).

 La dignidad humana se sustenta en que hemos sido creados a imagen de Dios, nos ha enviado a su Hijo, que  se ha hecho hombre y ha dado la vida por nosotros. La grandeza de la persona radica en su filiación divina y en su vocación al encuentro.
  La persona es morada de Dios, su corazón está habitado por el Espíritu Santo. Somos templos de Dios. El cuidado de nuestro ser está fundamentado en que Cristo ha dado la vida por nosotros; ahora corresponde que le entreguemos la vida, para que la lleve a su plenitud. La vida humana es un don de Dios y también es una tarea de cada persona, que necesita responder con generosidad al llamado divino.
  La educación de los niños y jóvenes, para que sea integral y de calidad, necesita abarcar y llegar a todas las dimensiones de la persona. Por tanto requiere también la formación espiritual que prepare para el encuentro y la entrega. Es la contemplación de Cristo en la Cruz por nuestro amor, lo que nos empuja al compromiso para servir a los otros.
  Los Hermanos del Sagrado Corazón tenemos la misión de ser educadores de la fe, buscando integrar: la capacidad intelectiva, la voluntad y la afectividad. Esta formación se da en forma simultánea en todas las dimensiones, se prolonga durante toda la vida y requiere el trabajo conjunto de los docentes y la familia.
  Buscamos formar en la libertad, para que siempre se rijan por los principios del bien y la verdad; que haga a los jóvenes capaces de darse a los otros y de acoger el amor de los demás. Es la experiencia de encuentro personal con Cristo, en la interioridad del corazón, lo que prepara para establecer relaciones humanas maduras.
  La lectura de la Palabra del Evangelio, lleva al diálogo con Cristo. La Palabra siempre es Luz para el camino; por tanto necesitamos familiarizar a los docentes, a los niños y jóvenes con la Sagrada Escritura. Enseñar a buscar textos en la Biblia y a rezar con la Palabra, son desafíos que se nos plantean en forma permanente, para llevar a todos a la Verdad, que es Cristo.

En caso de que necesites profundizar o de que te aclaremos alguno de estos aspectos, te pedimos que nos lo hagas saber.

Que Dios te bendiga.
            Hno. Leonel Cárdenas sc.                                                            Hno. Javier Lázaro sc.