Querido/a Corazonista:
En nuestra Regla de Vida, podemos leer:
« Como servidores fieles
que confían en el Padre de
los cielos,contribuimos a la
construcción
de la ciudad terrestre,a la que aportamos
la colaboración visible de
la Iglesia” (RdV 83).
Por el Bautismo hemos sido hechos hijos del
Padre. Vivimos en su Corazón. Estamos en comunión con la Trinidad. El Espíritu
Santo nos da su gracia para que experimentemos el amor de Jesús y lo llevemos a
los hermanos. Esta vivencia personal, se realiza dentro de la familia que es la
Iglesia.
Dios nos ha llamado
para vivir en su amistad y llevar el Reino a todos. Como consagrados somos
servidores de los niños y jóvenes. Nos preparamos profesionalmente para ayudar
y acompañar su crecimiento, hasta que lleguen a la plenitud como personas.
Formamos a las futuras generaciones, responsables del desarrollo humano.
Con nuestro
testimonio profético prefiguramos y anticipamos la vida en el Reino definitivo.
Ayudamos a vivir el presente, pero con la mirada en lo eterno. Tratamos de
plasmar la fraternidad que nos propone Cristo, en la convivencia cotidiana en
las comunidades educativas y en el medio social donde desplegamos la actividad.
Frente a las
injusticias y desigualdades, no nos desanimamos. Por la fe tenemos la certeza
de que todo puede ser restaurado en Cristo. Creemos que el hombre, en las
dificultades de cada día puede ser feliz, ayudándolo a tener presente a Dios,
que nos llena de esperanza.
Asumimos con
confianza las limitaciones personales o la imposibilidad de responder a todas
las urgencias del momento. Pero sabemos que Cristo opera en el corazón,
impulsando a los pequeños hacia el bien y la verdad.
La actividad del
hermano, es en respuesta a la obediencia al Espíritu, que se hace presente a
través de la mediación del hermano animador. Siempre nos sentimos enviados en
nombre de Dios por la comunidad. Trabajamos en comunión con toda la Iglesia,
buscando canales de comunicación con los obispos de lugar y con los
colaboradores laicos que se comprometen en la labor evangelizadora.
En caso de que
necesites profundizar o de que te aclaremos alguno de estos aspectos, te
pedimos que nos lo hagas saber.
Que Dios te bendiga;
Hno. Leonel Cárdenas sc. y Hno. Javier Lázaro sc.