Querido/a Corazonista:
En nuestra Regla de Vida, podemos leer:
« Con el hermano animador nos esforzamos
por unir nuestras
voluntades en Cristo.Obedecemos a sus
decisiones,tomadas tras reflexiones
y consultas adecuadas» (RdV
102).
El hermano animador
(llamado superior), que junto con Cristo preside la comunidad, vive en un
estado permanente de oración, para adherir en forma permanente a la voluntad
divina. Renuncia a sus criterios estrictamente racionales, para que guiado por la
caridad, pueda acompañar a los hermanos hacia la unión con Cristo, que nos
llena de esperanza, de acuerdo a la vocación recibida.
Educamos nuestra
voluntad, para disponernos a la acción en consonancia con la misión
encomendada. Vivimos en una renuncia continua, para ordenar nuestras pasiones y
acoger los dones que Dios nos quiere dar. Nos hacemos sensibles a las necesidades de los demás y
superamos la falta de sentimientos o motivaciones interiores, para guiarnos por
la fe y el sentido de la responsabilidad.
Estamos atentos a las
mociones que el Espíritu nos va regalando en lo más íntimo del corazón. Trabajamos la
docilidad para responder con prontitud a lo que Dios nos quiere pedir; sus
deseos, son manifestación clara de su voluntad y por tanto renunciamos con
alegría a los gustos personales o proyectos.
Frente a las
dificultades recordamos la entrega de Cristo hasta el extremo por nuestro amor;
y hacemos nuestra su oración “Padre no se haga mi voluntad si no la tuya”.
Sentimos cómo Él nos reconforta y nos regala su Paz.
Nos retiramos al
silencio de la oración; nos encontramos con humildad con los hermanos para
juntos reflexionar y asumir lo que Dios nos pide a cada momento. Renunciamos a
nuestros puntos de vistas con sencillez cuando percibimos que el Espíritu nos
quiere conducir por otros caminos. Guiados por la fe, caminamos confiados y en
comunión con los otros.
En todo buscamos la
verdad y por tanto renunciamos a los consensos que nos conducen a la tibieza o
la mediocridad. Encontramos la alegría en el compromiso a largo plazo y el
servicio desinteresado. Las necesidades
de los otros siempre son un llamado a nuestro corazón
En caso de que
necesites profundizar o de que te aclaremos alguno de estos aspectos, te
pedimos que nos lo hagas saber.
Que Dios te bendiga.
Hno. Leonel Cárdenas sc. y Hno. Javier Lázaro sc.