Querido/a Corazonista:
En nuestra Regla de Vida, podemos leer:
« Puesto que Dios ha dado a la Iglesia
la gracia de nuestro
instituto,quiere que irradie y se
perpetúe en el mundo.En su gran amor, continúa
depositando
en el corazón de algunoslos gérmenes de esta
vocación particular» (RdV 174).
Los Hermanos del
Sagrado Corazón estamos al servicio de la Iglesia en la misión de educar a los
niños y los jóvenes de nuestra sociedad. Cooperamos con las familias en el crecimiento integral
de sus hijos. La Comunidad Corazonista necesita cada día más a jóvenes que se
quieran comprometer como religiosos o como laicos en el campo apostólico.
La promoción de las
vocaciones a la Vida Consagrada es urgente para poder acoger el deseo de los
jóvenes que sienten el llamado de Dios, necesitan el acompañamiento y la
formación necesaria para poder responder con autenticidad.
Los Hermanos
necesitamos jóvenes que respondan al llamado de Dios y al deseo de su corazón
de querer ser felices y así integrarse en la Comunidad. Hacemos visible al
mundo la presencia de Cristo, por la vivencia de la fraternidad y la entrega
desinteresada.
Las Comunidades
Educativas requieren la presencia de jóvenes que busquen corresponder al don de
Dios en sus vidas, para presentar a los
niños y jóvenes los valores transcendentes, caminando junto con los
colaboradores laicos que ya trabajan en las instituciones.
Dios sigue llamando
a los jóvenes a la vida consagrada en el Instituto de Hermanos del Sagrado
Corazón, pero la respuesta precisa de un contexto, donde pueda ser entendida la
vocación desde la perspectiva de la fe y como manifestación anticipada de los
bienes del cielo.
La vocación de
hermano está sostenida por siete elementos que hacen que nos realicemos y
seamos plenamente felices: 1. Somos
llamados por Dios. 2. Vivimos la espiritualidad del Corazón de Jesús. 3. Por el voto de castidad consagramos a Dios
nuestro corazón para realizar plenamente la sexualidad. 4. Vivimos la pobreza como
opción que nos libera para el encuentro
personal con Cristo y disponibilidad en el servicio. 5. Realizamos el voto de obediencia para vivir plenamente la
libertad, acogiendo la voluntad divina. 6. Expresamos la fraternidad en la vida
comunitaria. 7. Realizamos la misión que
Dios nos pide, llevando la Buena Noticia
a los niños y a los jóvenes.
En caso de que
necesites profundizar o de que te aclaremos alguno de estos aspectos, te
pedimos que nos lo hagas saber;
Que Dios te bendiga.
Hno. Leonel Cárdenas sc. y Hno. Javier Lázaro sc.